miércoles, 19 de diciembre de 2012

Conteo de aves La Selva

La Estación Biológica La Selva ubicada en Sarapiquí, provincia de Heredia, realizó el 15 de Diciembre su vigésimo séptimo Conteo Navideño de Aves. Fue en este lugar donde decidí que carrera quería estudiar en la universidad gracias a una caminata en sus senderos en el año 2007. Esto bastó para que quisiera llegar a ser biólogo algún día. La reserva es muy buena para la observación y fotografía de aves en donde se logran observar con facilidad aves de increíbles colores y especies muy difíciles de observar en el resto del país, tal ves sea por eso que escuché hace un tiempo alguien decir que La Selva era la capital de las aves caribeñas del país. Pero este lugar también se caracteriza por su gran cantidad de especies de flora y fauna en donde uno puede caminar al lado de los saínos (Tayassu tajacu) y mover a las serpientes tamagá (Porthidium nasutum)  del sendero (otro dato interesante es la gran cantidad de serpientes del lugar, Sarapiquí quiere decir Tierra de Serpientes!).

Fui en compañia de mi papá y nuestro amigo Don Renán Molina. Llegamos al lugar el día antes del conteo con el fin de aprovechar la tarde para ir "calentando" para lo que sería la actividad del siguiente día. La tarde estuvo un poco lluviosa por lo que no observamos gran cantidad de especies. Observamos las comunes del lugar como Short-billed Pigeon (Patagioenas nigrirostris), Red-lored Parrot (Amazona autumnalis), Slaty-tailed Trogon (Trogon massena), Gray-capped Flycatcher (Myiozetetes granadensis) y Blue Dacnis (Dacnis cayana). Todo esto lo vimos en el Sendero Tres Ríos, el cual tiene vistas muy buenas del Río Peje y atraviesa un bosque de crecimiento joven. Cuando ya teníamos 3 kilómetros recorridos empezó a llover por tanto emprendimos el viaje de regreso. De camino mi papá logro ver un venado (Odocoileus virginianus) el  cual huyó rápidamente al bosque.

Dacnis cayana (2)
Blue Dacnis (Dacnis cayana) comiendo frutos alrededor del comedor de la Selva en el Conteo navideño del 2011.

En la noche luego de la cena y una charla sobre el conteo de aves, nos asignaron las rutas en donde debíamos trabajar. Curiosamente dos miembros de mi grupo no asistieron al conteo, por tanto la ruta nos tocó nada más a mi papá, Don Renán y a mí. Debíamos contar en los senderos Suroeste (SSO), Hartson (SHA) y Suampo (SUA). El primer y segundo sendero esta rodeado por bosque maduro (o primario) mientras que el Sendero Suampo recorre un área inundada dentro del bosque. Luego de la cena partimos junto a varios amigos al Sendero Cantarrana a observar ranas y reptiles principalmente. De camino se vino una lluvia torrencial que nos obligo escampar en la biblioteca de La Selva, pero luego de 10 minutos de espera seguimos caminando. Debido a la lluvia fue difícil encontrar las ranas pero aún así ubicamos muchas Hourglass Tree Frog (Dendropsophus ebraccatus) que cantaban por todas partes, e incluso de vez en cuando podíamos oír la famosa Red-eyed Leaf Frog (Agalychnis callidryas) símbolo del turismo en Costa Rica. De regreso, estábamos pasando un puente cuando vimos una serpiente “ojo de gato”, específicamente Imantodes cenchoa, la cual nos permitió tomarle varias fotografías. También estuvimos un tiempo observando las polillas que llegan a la manta que colocan todas las noches en la Estacion Biologica.

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Imantodes cenchoa ignorando el lente de la cámara.
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Una polilla que se asemeja a una hoja, tal ves así evitan que las aves las depreden.

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La polilla más sorprendente que he visto en mi vida. Tenía la alas cerradas pero se las logre abrir sin que se fuera volando y me lleve la sorpresa de que tenia dos ocelos! A lo poco que se de polillas, esta es de la familia Saturniidae y posiblemente del genero Automeris. ¡Si alguien conoce más sobre la especie pueden comentar y se los agradecería mucho!

A las 3:30 am del día del conteo ya estábamos todos alistándonos para ir a desayunar, recoger los almuerzos de campo y salir lo antes posible hacia las rutas para iniciar el conteo. Luego de caminar media hora en el bosque de noche todavía, logramos llegar a las 5:15 am a nuestro sendero. Pero había un ligero problema…lluvia. El conteo del 2011 en La Selva fue muy duro ya que llovió todo el día torrencialmente, al punto que en el grupo en que estaba contando aves tuvimos que salir casi corriendo del bosque a las 10 de la mañana porque los senderos se volvieron ríos! De hecho el Río Puerto Viejo amenazó con desbordarse ese día. el presente año por dicha no fue igual pero si tuvimos una lluvia que no cesaba que mantuvo la actividad de las aves muy calmada.

Lo difícil de ver aves un bosque mientras llueve es que hay un efecto de “doble lluvia”, es decir, se escucha el sonido natural del agua que choca contra las hojas de los arboles del dosel, y además se escucha una segunda lluvia a lo interior de la jungla producto de la caída de las gotas. El ruido es tal que cuesta mucho distinguir los cantos de las aves. A las 8 am la lluvia seguía igual, solo teníamos en nuestra lista apenas tres aves: una Great Tinamou (Tinamus major) que observamos en medio sendero, una Crested Guan (Penelope purpurascens) que cantó una sola vez y un grupo de Red-lored Parrot (Amazona autumnalis). Esperamos a las 9 am  y nuestra suerte cambio: la lluvia se había detenido y las aves comenzaron a cantar. Salimos a un claro del bosque y vimos una bandada mixta en la copa de un árbol Surá (Terminalia oblonga). Rufous Mourner (Rhyptipterna holerythra) y Chestnut-sided Warbler (Setophaga pensylvannica) eran los más comunes pero también habían muchas tangaras (Thraupidae) y unos cuantos trepadores (Furnariidae). El ave más impresionante fue un Ruddy-tailed Flycatcher (Terenotriccus erythrurus) que estaba cazando insectos en un árbol pequeño.

Seguimos avanzando anotando cuanta especie apareciera o anunciara su presencia con un canto. Pasaron quizá 5 minutos después de la bandada mixta cuando sonó un estruendo enorme y luego el suelo vibró, un árbol de había caído, muy cerca de donde habíamos estado hace poco tiempo. Este fue uno de los tres arboles que escuchamos caer. Quizá esto se debe al poco espacio de tierra fértil que posee el bosque tropical lluvioso dando como resultado árboles  que no tienen raíces profundas lo cual los vuelve vulnerables a vientos que los hace caer. Luego de este pequeño susto entramos al sendero Hartson después de haber terminado el Sendero Suroeste. Antes de llegar aquí logramos avistar un ejemplar inmenso de Pale-billed Woodpecker (Campephilus guatemalensis).

Iniciando el conteo nos vimos frente a un obstáculo del sendero, una bajada de 30 metros en un ángulo de 55 grados. El problema es que era muy empinada, es un tipo de barro muy resbaladizo y la lluvia lo empeoraba todo. Logre bajar 20 metros caminando y lo que falto fueron caídas en donde avanzaba mucho camino! Logramos superar esto y como recompensa observamos una pareja de Bare-necked Umbrellabird (Cephalopterus glabricollis)! Un avistamiento poco común que se convirtió en una el ave más rara de nuestra ruta.

Cephalopterus glabricollis (1)
Un macho de Bare-necked Umbrellabird (Cephalopterus glabricollis) que observe el año pasado en Guápiles, Limón. La foto no es muy buena pero pueden imaginarse un “cuervo” con un peinado muy gracioso (sombrilla jaja).

Seguimos avanzando hasta llegar al Sendero Suampo, donde almorzamos en un puente. El rio que pasaba ese puente era pequeño, pero debido a la lluvia tenía un caudal un poco fuerte. Al avanzar por este terreno inundado nos vimos envueltos por un profundo silencio, ni una sola ave hacia un sonido. Silencio absoluto. Caminabamos muy lento, sin hacer ruido pero nada de aves. De repente, un sonido de algún anaimal grande volando encima nuestro rasgó la quietud del bosque. Un Zopilote Rey (King Vulture [Sarcoramphus papa]) estaba volando entre los árboles. Mi amigo Don Renán logró sacarle esta foto que quedo muy buena, el dijo que se poso en la rama más alta, mostrando su rango de rey:

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Luego de este excelente avistamiento emprendimos el regreso a la estación central a las 4:30pm. Antes de cenar vimos un grupo de Crested Guan (Penelope purpurascens) al lado del comedor, tomé eso como un adiós al conteo de este año. Logramos observar 58 especies a duras penas, pero disfrutamos mucho de cada una de esas aves! Me vine feliz para San José, siempre con ese sentimiento tan especial de visitar la capital de las aves.


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