lunes, 27 de junio de 2016

Viaje veloz

Unos días atrás visité Sarapiquí de forma apresurada. Un viaje de ida y vuelta en un mismo día desde San José significa recorrer la carretera que atraviesa el Parque Nacional Braulio Carrillo. El tiempo meteorológico durante las tardes ahí es inclemente, con fuertes aguaceros y mucha neblina que dificulta la visibilidad; es por esto que era mejor ir rápido a Sarapiquí y volver cuanto antes.

El fin del viaje era sembrar algunos árboles y de paso observar animales que aparecieran a lo largo de la ruta. La primera parada fue en el vivero Herpa, en Horquetas de Sarapiquí, en donde obtuvimos los árboles que pensabamos sembar.

La especie Green-Breasted Mango (Anthracothorax prevostii) es una especie poco común en las tierras bajas caribeñas


No así las Ruddy Ground-Dove (Columbina talpacoti) quienes son excesivamente comunes


Una fila de árboles listos para ser sembrados


El guardián del vivero


Luego de conseguir algunos árboles, nos dirigimos al pueblo de Horquetas para atravesar los puentes colgantes, en donde observamos varias especies interesantes.

Un Great Kiskadee (Pitangus sulphuratus) cazando insectos que estaban flotando en el agua


Encontré un Yigüirro (Turdus grayi) con una (única) pluma blanca, la cuál se encontraba adherida a su nuca


Apareció una especie que no tenía reportada en la zona, pero si esperable. Por la silueta, qué creen que podrá ser?

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Un American Pygmy Kingfisher (Chloroceryle aenea)!


Continuando la ruta notamos cómo el tiempo iba mejorando a nuestro favor, permitiendo que el paisaje se pudiese observar de forma más clara, cómo fue el poder admirar parte del Cerro Cacho Negro.


El guardián del Cerro


Tres hermanas gemelas


La tarde finalmente llegó y era hora de irnos para evitar las lluvias como mencioné anteriormente. Plantamos los árboles y emprendimos en viaje de regreso a la capital. A lo largo podíamos ver una enorme aguacero que estaba próximo a nosotros.


Una árbol cuyas flores atraían muchos insectos


Un Black-mandibled Toucan (Ramphastos ambiguus) se sintió atraído por el frenesí de insectos, posándose en un árbol cercano


jueves, 23 de junio de 2016

Tardes lluviosas

Luego de una sufrida y larga estación seca (te lo agradecemos El Niño!) regresaron las lluvias. Las extrañaba mucho. Quizá aumenten el riesgo de resfriarse, de que existan más zancudos, de que uno se empape luego de salir de clases y también le impiden a uno utilizar sandalias en la calle, pero es el agua que cae del cielo el que devuelve la vida a la tierra. El mes de mayo no sé si ha sido el más caliente en la historia del país, pero al menos en los lugares donde estuve en ese periodo pareció que si lo fue.

Las verbenas florecen tanto en época seca como en la lluviosa


Las lluvias aumentan la humedad del ambiente y favorecen el crecimiento de hongos encima de material orgánico muerto para iniciar así el proceso de descomposición y futuro ¨reciclaje¨ de este por otros seres vivos. Me encontré en mi jardín hace unos días varios hongos esparcidos en grupos en donde habían muchas hojas que han caído de los árboles en el mes de mayo. 








Desconozco de especies de hongos. Me gusta verlos, fotografiarlos o incluso degustarlos en pizzas o pastas, pero no identificarlos. Lo que sí conozco son varios datos ecológicos y morfológicos. Su reproducción puede ser asistida por la lluvia, viento o incluso seres vivos como insectos:

Grandes cantidades de moscas de la fruta (Drosophila spp.) revoleteaban en torno a los hongos. 


Los hongos que uno observa en realidad son, por así decirlo, "la flor" de los mismos. Esta estructura se llama cuerpo fructífero y en el órgano reproductivo de los hongos. Aquí vemos cómo se crea un cuerpo fructífero, en el cuál quedó atrapado, por el recubrimiento pegajoso, un insecto.


Las lluvias generan un boom en la población de insectos ya que la abundancia de comida vegetal les permite reproducirse masivamente. Aquí podemos observar un escarabajo a punto de emprender vuelo luego de succionar savia del tallo fresco de una planta.


Las lluvias lavan las hojas de las plantas, las cuales durante el mes de mayo se llenaron de polvo proveniente de los suelos áridos y también (al menos en el Valle Central) de ceniza que eruptó el Volcán Turrialba. Este baño permite que todo recupere verdor y hace que muchas plantas muestren sus mejores trajes.


lunes, 13 de junio de 2016

Irazú

Ha sido un largo tiempo desde mi última publicación, y es que este semestre en la universidad requirió de inicio a fin mucho tiempo. Esto me mantuvo lejos del campo y por ende casi no tuve material ni anecdotas que contar por este medio para todos ustedes. Pero bueno, como ya lo habrán deducido, estoy en vacaciones y el semestre fue un éxito. Conocí muchas personas y aprendí de varios temas que no tenía ni el más mínimo conocimiento. 

La semana pasada quizá fue la más dura ya que tuve muchos exámenes en un periodo muy corto, y aún así decidí que ya había estudiado suficiente todos estos meses y me escapé con mi familia y la de mi novia al Volcán Irazú. Un lugar cerca de mi casa para así regresar temprano y seguir estudiando jaja.

Para los lectores lejos de Costa Rica, el Volcán Irazú es un sitio idóneo para observar otro volcán llamado Turrialba, el cual tiene ya algunas semanas de estar en erupción constante de ceniza. La idea original el viaje era apreciar estas emanaciones y sacar algunas fotografías.

El viaje inició temprano para evitar las lluvias de la tarde, aunque desde que salimos de casa se podía observar la cima del volcán nublada. No importa. Igual hay mucho que ver a esas alturas. Los paisajes que aquí predominan son los agrícolas ya que el suelo fértil sirve de lugar idóneo para sembrar papa, cebolla, fresas, coliflor y mucho más; además extensos potreros sirven de restaurante para el ganado lechero.

Algunos de los potreros


Paisaje agrícola con la ciudad de Cartago al fondo


Escenas frecuentes a lo largo del camino


Un terreno listo para cultivar


Las nubes que vimos en la cima del volcán no se fueron y provocaran lloviznas ligeras y algunos aguaceros en toda nuestra estadía en el Parque Nacional Volcán Irazú. Desayunamos junto a un pequeño parche de bosque de páramo, en donde vimos especies de aves autóctonas como Volcano Hummingbird (Selasphorus flammula) y Volcano Junco (Junco vulcani). 

El bosque que se observa desde la cima


Los Sooty Thrush (Turdus nigrescens) me traen a la mente la canción Blackbird de Los Beatles. El mismo animal tiene un aura hippie que me agrada


Los infaltables y numerosos Rufous-collared Sparrow (Zonotrichia capensis) estaban por doquier


Heces de un conejo que no logramos observar


Al final no vimos al Volcán Turrialba haciendo erupción, pero fue un bonito viaje y me despejé de los estudios y llegué a enfrentar con la mente más fresca los exámenes. Fuimos a caminar un poco alrededor del cráter dormido del Volcán Irazú y luego emprendimos el regreso a nuestras casas.

Cráter del Volcán Irazú


El valiente escritor muriendo de frío