miércoles, 17 de febrero de 2016

Monserrat de Coronado

Verdor intenso, camino sin fin y vida en cada rincón donde intente esconderse. Así calificaría yo a este lugar tan cercano al foco de población más grande Costa Rica. Lo he mencionado antes, unos escasos kilómetros de distancia funcionan de frontera (y amortiguador) entre la selva de concreto que anula el pensamiento y el bosque inmortal que activa una vorágine emocional. El Gran Área Metropolitana vs. Monserrat de Coronado. El paisaje que aquí se encuentra, sirve de hogar a muchas especies animales y vegetales. Grandes acantilados, zonas llanas, pastizales, bosques vírgenes, ríos y pequeños focos de población humana, todos en armonía promoviendo un ¨cóctel de sitios de residencia para los seres vivos.

A mediados de enero visité el lugar, y aquí les narro un poco de lo que hay detrás de las fotografías:

Golden-winged Warbler (Vermivora chysoptera) ha sido una especie muy abundante en esta temporada migratoria 2015-16. Observamos muchos individuos ese día, todos en compañía de bandadas mixtas.

El Hairy Woodpecker (Picoides villosus) posee una subespecie extimus (hasta donde sé endémica de Costa Rica y Panamá) que se diferencia de las otras por esa tonalidad crema en el pecho.

Las reinitas residentes componen gran parte de las bandadas mixtas de aves, aquí por ejemplo una especie núcleo de estas: Black-ckeeked Warbler (Basileuterus melanogenys).

Los trepadores y demás grupos afines, son muy diversos aquí, como por ejemplo este confianzudo Ruddy Treerunner (Margarornis rubiginosus). Cabe destacar también que muchas especies, como esta, son endémicas de Costa Rica y Panamá, situación típica en las zonas altas del país. 

Los patrones de esta hoja simulan, gracias a la sombra creada por los primeros rayos del sol, una especie de manta, o incluso, esas imágenes satelitales mostrando la geografía de otros mundos y el nuestro.

La hembra del Quetzal, quizá no posee los despampanantes colores del macho, pero posee un verde sumamente iridiscente y metálico. 

Aquí el macho del Resplendent Quetzal (Pharomachrus moccino), mostrando su color verde iridiscente también. Buen camuflaje. 

Una reinita común es Three-striped Warbler (Basileuterus tritriatus) las cuales se mantienen forrajeando cerca del suelo pero no directamente sobre él.

Las mañanas aquí son frías, y cuando el sol aparece en el horizonte, inicia el proceso de condensación o rocío, cubriendo de gotas de agua todo material que pueda retenerlas, como esta tela de araña.

Qué sería de un mundo sin ardillas, esos roedores que parece que desafían la teoría de la gravedad con cada uno de sus saltos y acrobacias a varios metros de altura.

Por fortuna, tuvimos la oportunidad de encontrar este bello ejemplar de Ornate-Hawk Eagle (Spizaetus ornatus) que había terminado ya de devorar un pato doméstico (el cual horas antes paseaba feliz por el camino de lastre). Una experiencia única que quizá pasará mucho tiempo hasta que se vuelva a repetir, si es que ocurre nuevamente. Esto fue el clímax del viaje.

Aquí vemos su membrana nictitante, utilizada para limpiar y humedecer el globo ocular.

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