jueves, 25 de febrero de 2016

Estación Biológica Las Cruces

Como último paseo antes de ingresar a la Universidad, visité en compañía de mi familia y nuestro amigo Don Renan con su esposa Doña Liseth, la zona sur, específicamente la región alrededor del pueblo de San Vito. Personalmente era la primera vez que iba, por tanto estaba bastante emocionado por conocer esta parte del país. Esta publicación la dividiré en dos, una abarcando la Estación Biológica La Cruces y otra donde hablaré un poco de otros lugares que visitamos.

La Estación pertenece a la Organización para los Estudios Tropicales (OTS por sus siglas en inglés). Aquí pueden ver más información de la misma.  Un laboratorio a disposición de quienes deseen investigar los misterios del bosque (326 hectáreas). El lugar posee también el Jardín Botánico Wilson con grandes colecciones de especies tropicales.

La avifauna de la zona es bastante rica, con especies endémicas y otras que cuentan con poblaciones más numerosas aquí que en otras zonas del país. Además se ven varias especies que llegan hasta aquí tras cruzar unos pocos kilómetros desde la frontera entre Costa Rica y Panamá (5km lineales).

Hace 3 años y medio tuve la oportunidad de conocer al Thick-billed Euphonia (Euphonia laniirostris) en Los Mogos, en la Península de Osa. En aquel entonces, el individuo estaba en el dosel de un gigantesco árbol y lo único que pude ver fue una Euphonia de vientre amarillo hasta la garganta sin nada de blanco. No es como uno desea ver una especie nueva, pero qué mas da, check! El tiempo pasó y fue hasta este viaje donde la logré reencontrar, en los comederos de la estación. Bastante tímida pero si logré verla como debe ser. 

Los senderos recorren muchos hábitat distintos, bosque primario, secundario e incluso charrales muy jovenes. La cantidad de plantas es abismal, muchas especies es tan pocos metros cuadrados. Los patrones que se generan entre las hojas y los rayos del sol me siguen atrayendo, y no pude resistir captar un par de imágenes. 


Las bandadas mixtas que se dan en el sendero central (el primero de donde se derivan todos) son muy frecuentes y numerosas. Están constituidas por reinitas, tangaras y tamnofílidos en su mayoría, con algunos vireos y cardinálidos asociados.  La especie Plain Antvireo (Dysithamnus mentalis) era común, tanto macho hembra, como en bandadas o solitarios.

E. laniirostris, no era la única Euphonia que visitaba el comedero, otra especie (muchos más abundante que la anterior) que se alimentaba de la fruta era Spot-crowned Euphonia (E. imitans). Machos y hembras estaban no sólo en ese lugar, sino también en el Jardín Botánico y en el bosque.

En el centro de la terraza detrás del comedor (donde está el comedero) hay un árbol de Callistemon el cual atrae muchas aves nectarívoras, entre ellas varios Green Honeycreeper (Chlorophanes spiza). Esta es mi foto favorita del viaje. Este árbol era también el territorio ferozmente defendido por un Charming Hummingbird (Amazilia decora).




Para ver más grandes las imágenes pueden hacer click encima de las mismas!

miércoles, 17 de febrero de 2016

Monserrat de Coronado

Verdor intenso, camino sin fin y vida en cada rincón donde intente esconderse. Así calificaría yo a este lugar tan cercano al foco de población más grande Costa Rica. Lo he mencionado antes, unos escasos kilómetros de distancia funcionan de frontera (y amortiguador) entre la selva de concreto que anula el pensamiento y el bosque inmortal que activa una vorágine emocional. El Gran Área Metropolitana vs. Monserrat de Coronado. El paisaje que aquí se encuentra, sirve de hogar a muchas especies animales y vegetales. Grandes acantilados, zonas llanas, pastizales, bosques vírgenes, ríos y pequeños focos de población humana, todos en armonía promoviendo un ¨cóctel de sitios de residencia para los seres vivos.

A mediados de enero visité el lugar, y aquí les narro un poco de lo que hay detrás de las fotografías:

Golden-winged Warbler (Vermivora chysoptera) ha sido una especie muy abundante en esta temporada migratoria 2015-16. Observamos muchos individuos ese día, todos en compañía de bandadas mixtas.

El Hairy Woodpecker (Picoides villosus) posee una subespecie extimus (hasta donde sé endémica de Costa Rica y Panamá) que se diferencia de las otras por esa tonalidad crema en el pecho.

Las reinitas residentes componen gran parte de las bandadas mixtas de aves, aquí por ejemplo una especie núcleo de estas: Black-ckeeked Warbler (Basileuterus melanogenys).

Los trepadores y demás grupos afines, son muy diversos aquí, como por ejemplo este confianzudo Ruddy Treerunner (Margarornis rubiginosus). Cabe destacar también que muchas especies, como esta, son endémicas de Costa Rica y Panamá, situación típica en las zonas altas del país. 

Los patrones de esta hoja simulan, gracias a la sombra creada por los primeros rayos del sol, una especie de manta, o incluso, esas imágenes satelitales mostrando la geografía de otros mundos y el nuestro.

La hembra del Quetzal, quizá no posee los despampanantes colores del macho, pero posee un verde sumamente iridiscente y metálico. 

Aquí el macho del Resplendent Quetzal (Pharomachrus moccino), mostrando su color verde iridiscente también. Buen camuflaje. 

Una reinita común es Three-striped Warbler (Basileuterus tritriatus) las cuales se mantienen forrajeando cerca del suelo pero no directamente sobre él.

Las mañanas aquí son frías, y cuando el sol aparece en el horizonte, inicia el proceso de condensación o rocío, cubriendo de gotas de agua todo material que pueda retenerlas, como esta tela de araña.

Qué sería de un mundo sin ardillas, esos roedores que parece que desafían la teoría de la gravedad con cada uno de sus saltos y acrobacias a varios metros de altura.

Por fortuna, tuvimos la oportunidad de encontrar este bello ejemplar de Ornate-Hawk Eagle (Spizaetus ornatus) que había terminado ya de devorar un pato doméstico (el cual horas antes paseaba feliz por el camino de lastre). Una experiencia única que quizá pasará mucho tiempo hasta que se vuelva a repetir, si es que ocurre nuevamente. Esto fue el clímax del viaje.

Aquí vemos su membrana nictitante, utilizada para limpiar y humedecer el globo ocular.

viernes, 12 de febrero de 2016

Horquetas

Trabajo y ocio me tuvieron visitando en algunas ocasiones la zona de Sarapiquí el mes pasado, específicamente en el distrito de Horquetas, y si queremos ir más allá, en las cercanías del Mirador Prendas. Aunque las estancias fueron cortas y con pocos intervalos para observar aves, siempre aparecía un momento libre o alguna especie que ameritaba ser fotografiada. Parte también del trabajo era montar listas de aves pero me centré tanto en ello que no pensé en fotografías. Aún así algo les traje para compartir.

Fiel compañero de algunos trotes

Grandes porciones de terreno en esta zona están dedicadas, al igual que gran parte del Caribe costarricense, a la actividad ganadera. Esto significa extensas zonas de pastos que serán de alimento para el ganado y hábitat para muchas especies como  los setilleros, aquí un Thick-billed Seed-Finch (Sporophila funerea)

Los jardines de las casas, y sobretodo, las riberas de los cuantiosos ríos y riachuelos que surcan estas tierras, son hogar de muchas especies, que encuentran aquí agua, alimento y refugio, ya que son lugares donde se mantiene, en la mayor parte de los casos, árboles y arbustos que crecen en sus riberas o son sembrados por los lugareños. Una especie común de jardines es el Ruddy Ground-Dove (Columbina talpacoti).

Ya muy alto en la montaña, iniciando poco antes del Mirador, empiezan a observarse grandes porciones de bosque, muchas de las cuales tienen conexión directa con el Parque Nacional Braulio Carrillo, por tanto muchas aves de bosque son vistas aquí. 

Red-capped Manakin (Ceratopipra mentalis) a varios metros de altura en un árbol, fuera de lugar donde regularmente es observado (cerca del suelo).

Black-crowned Antshrike (Thamnophilus atrinucha) una especie típica de bosque

Una especie que encontrado relativamente común es el Slate-colored Grosbeak (Saltator grossus), de hecho sólo aquí la he visto

Finalmente un Broad-billed Motmot (Electron platyrhynchum) se dejó fotografiar por un período de tiempo bastante largo, sin importar nuestra presencia.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Tapantí

Algunas semanas atrás, tuve la oportunidad de realizar una breve visita al Parque Nacional Tapantí, lugar que tiene una trayectoria famosa para la observación de aves en el país. He escrito anteriormente sobre este sitio y siempre tengo algo nuevo que compartir sobre la fauna que, constantemente, depara muchas sorpresas aquí.

La mañana nos recibió con un cielo completamente despejado de inicio a fin. El sol ingresaba por cada pequeño claro que el dosel del bosque no podía cubrir, creando una lluvia de rayos solares a lo largo del sotobosque. Las aves iban y venían en bandadas numerosas y diversas, principalmente en la entrada del Parque. Un Black Guan (Chamaepetes unicolor) nos mostró su iris rojo, iluminado por la luz.

Las bandadas aquí fueron muy productivas, en el resto del día no se volvieron a observar grupos que igualaran en número de individuos o especies que se presentaron en ese corto transecto. Los grupos estaban conformados mayormente por tangaras y mosqueros, pero hubo una especie que fue siempre participe de cada bandada en el día, se trata de Golden-winged Warbler (Vermivora chrysoptera). Iban y venían de un lado a otro, buscando insectos entre el musgo y hojas muertas.



Grandes nubes fueron haciendo su aparición en el día, ingresando por las montañas del este, por tanto estaban cargadas de humedad que amenazaban con llover en ciertos momentos. Al final todo el cielo fue cubierto un denso manto de nubes que dejaban caer leves lloviznas de vez en cuando. Para cuando esto ocurrió, eran ya las 10 u 11 de la mañana, lo cuál significa un cese importante en la actividad de las aves, además de un aumento en el ingreso de turistas y vehículos al Parque. 

Algunas especies eran muy abundantes en las bandadas, incluso a esas horas, especies como Slaty-capped Flycatcher (Leptopogon superciliaris), son poco abundantes pero sus números fueron altos en ese día. Hábiles cazadores de insectos en el aire.

Como les había comentado anteriormente, las especies que mayormente conformaban las bandadas eran tangaras y reinitas. Hacia la tarde, grandes números de Spangle-cheeked Tanager (Tangara dowii) se hacían presentes en los numerosos grupos de aves que forrajeaban en los árboles. 

Otro grupo de aves abundantes en el día fueron los colibríes. Muchos individuos del género Lampornis volaban de un lado a otro buscando diferentes flores para obtener un poco de néctar, y sin saberlo, cumplir su rol ecológico de polinización. El Purple-throated Mountain-gem (L. calolaemus) fue la especie más abundante.